¿CÓMO EVALUAMOS?

¿CÓMO EVALUAMOS?
Los instrumentos que se utilizarán para obtener la evaluación de los recursos son variados, nosotros resaltamos tres: 
• La propia interacción didáctica profesor-alumno. A través del diálogo, las preguntas y las conversaciones formales e informales, podemos obtener información acerca de la visión que nuestro grupo tiene sobre los medios didácticos, lo adecuado de su uso y cómo están facilitando su aprendizaje.
• La observación, tanto sistemática como casual, de las actitudes del alumnado, su nivel de atención cuando usamos unos recursos u otros, su implicación en el manejo de los diferentes medios, el aprendizaje y el rendimiento obtenido cuando usamos diferentes herramientas didácticas o las mismas pero usadas de manera distinta. Sin duda alguna, ésta será una de las fuentes de información más importantes para la evaluación de los medios y recursos didácticos.
Una adecuada habilidad para observar en el contexto natural de clase y la sensibilidad necesaria para sacar conclusiones de esa observación y para modificar en función de ellas nuestra labor, es una de las competencias principales de todo formador que desea mejorar de manera continua su quehacer docente.
• Otra fuente de información importante para la evaluación de los recursos utilizados serán las pruebas escritas e instrumentos de evaluación elaborados con tal fin para recursos concretos. Estas pruebas pueden facilitar la valoración por parte del alumnado y los formadores de los medios que se utilicen. Normalmente son escalas, cuestionarios, inventarios, aunque también se pueden plantear preguntas abiertas sobre los medios utilizados en entrevistas de seguimiento y cuestionarios que se realizan a lo largo del curso.
Es conveniente que la evaluación no la realice solamente el profesorado, sino que sea también el alumnado quien valore los medios que estamos utilizando, el uso que hacemos de ellos, su utilidad y el grado de satisfacción que los participantes tengan al respecto.
Cualquiera que sea la opción que tomemos a la hora de evaluar los medios implicados en un curso, para que esta evaluación sea de utilidad, siempre se requiere una disposición para rectificar, reformar y organizar los medios utilizados y su uso didáctico en función del mejor aprendizaje del alumno y no de nuestra comodidad y/o lucimiento. 

¿Cómo aprendemos?

¿Cómo aprendemos? 
Podemos describir que existen tres formas básicas a través de las que todas las personas aprendemos:
Modelos: aprendemos observando e imitando lo que otras personas hacen y viendo los resultados y las consecuencias que de dichos actos se derivan. En este caso, recursos didácticos como vídeos demostrativos o la grabación de las ejecuciones de los participantes para ser revisadas con posterioridad, pueden ser de gran utilidad.
Instrucciones: aprendemos a través del lenguaje. Interactuamos con las palabras y a través de dicha interacción aprendemos. Estas informaciones e instrucciones pueden ser leídas por uno mismo o enunciadas por otras personas. Aquí encajarían todos los recursos que ayudan a presentar información al alumnado: artículos, manuales, presentaciones multimedia, etc.
Experiencia directa: el contacto directo con las contingencias naturales de nuestros actos, la práctica y el ensayo directo, con errores y/o sin errores es otra forma en la que todos aprendemos. Los recursos didácticos que faciliten la práctica directa de los alumnos para el aprendizaje de distintas habilidades serán de gran utilidad. Ejemplos de recursos didácticos que ayudan en este caso son las dinámicas grupales o los elementos y herramientas que el alumno tenga que utilizar para la realización de cualquier habilidad que se esté aprendiendo.
Los distintos métodos didácticos serán una mezcla de algunos de estos procesos básicos poniendo cada metodología más peso en uno u otro. El aprendizaje y la conducta final que se consiguen con las distintas metodologías varía. Podríamos decir que cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes: en algunos casos el aprendizaje con unas será más rápido que con otra, pero tal vez menos flexible y personalizado y más fácil de olvidar.
Además, según el tipo de objetivos y contenidos que se persigan, tal vez sea conveniente elegir métodos de aprendizaje que pongan más énfasis en unas formas de aprender que en otras. Estos aspectos tendrán una gran repercusión sobre la metodología a seguir y los medios y recursos didácticos que utilicemos. Unos medios facilitarán en mayor medida, interacciones que impliquen el aprender a través de modelos, mientras que otros, facilitarán las interacciones de nuestros alumnos con la experiencia directa o con instrucciones y contextos más verbales.
La relación entre los recursos didácticos, su forma de uso, y la metodología están muy relacionadas. En ocasiones, el uso de un determinado recurso didáctico puede marcar la metodología que se va seguir. Por tanto, debe ser congruente la relación entre los objetivos que se persiguen, los métodos didácticos que se eligen y los recursos didácticos que se van a utilizar.
Nosotros no entendemos el proceso de enseñanza como una mera transmisión de conocimientos. El conocimiento se construye, no es algo estático que posee el formador y que ha de traspasar al alumno, que lo recibe y lo va almacenando de manera automática. De manera congruente con esta forma de entender las cosas, debemos diseñar y utilizar recursos y métodos que ayuden a esta construcción del conocimiento y para ello, estos recursos deberán contribuir a la implicación del alumno de manera activa en su propio proceso de enseñaza-aprendizaje. 

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